Un párrafo es un grupo de palabras en un texto escrito que expresa una idea o un argumento, o reproduce las palabras de una historia. Está integrado por un conjunto de oraciones que tienen cierta unidad temática o qué, sin tenerla, se enuncian juntas. Es un componente del texto que en su aspecto externo inicia con una mayúscula y termina en un punto y aparte.
Ejemplos de párrafo
Fragmento de En plena Noche (Antonin Artaud)
La imaginación, el sueño, toda esta intensa liberación del inconsciente que tiene por finalidad hacer aflorar a la superficie del alma lo que habitualmente está escondido, debe necesariamente introducir profundas transformaciones en la escala de las apariencias, en el valor de significación y en el simbolismo de lo creado. Lo concreto cambia completamente de vestido, de corteza, no se aplica más a los mismos gestos mentales. El más allá, lo invisible rechaza la realidad. El mundo ya no se sostiene.
Fragmento de El inconveniente de haber nacido (E. M. Cioran)
No me perdono el haber nacido. Es como si, al insinuarme en este mundo, hubiese profanado un misterio, traicionado algún compromiso de magnitud, cometido una falta de gravedad sin nombre. Pero a veces soy menos tajante: nacer me parece una calamidad que, de no haberla conocido, me tendría inconsolable.
Fragmento de La isla (Aldous Huxley)
Hubo un chillido más. Encaramado en el árbol muerto, el pájaro se agitaba, nervioso; después, con un chillido final, se zambulló en el aire. Sin apartar la mirada del rostro de Will, la niña tendió la mano en un gesto de invitación. El pájaro aleteó, se posó, agitó alocadamente las alas, encontró su equilibrio, plegó las alas y comenzó a hipar. Will observaba sin sorprenderse. Todo era posible ahora… todo. Incluso los pájaros parlantes que se posaban en el dedo de un niño. Trató de sonreírles, pero los labios le temblaban aún, y lo que estaba destinado a ser un signo de amistad debe de haber parecido una mueca aterradora. El chiquillo se ocultó detrás de su hermana.
Fragmento de Tratado de la desesperación (Sören Kierkegaard)
Es cierto que lo imaginario se debe ante todo a la imaginación; pero ésta ligase a su vez al sentimiento, al conocimiento, a la voluntad, y así se puede tener un sentimiento, un conocimiento, un querer imaginarios. La imaginación, en general, es agente de la infinidad: no es una facultad como las otras… sino que, por así decirlo, es su Proteo. Lo que hay de sentimiento, conocimiento y voluntad en el hombre, depende en última instancia de lo que hay en su imaginación, es decir, de la manera con que todas sus facultades se reflejan, proyectándose en la imaginación. Ella es la reflexión que crea el infinito, por lo cual el viejo Fichte tenía razón cuando colocaba en ella, incluso para el conocimiento, la fuente de las categorías. Así como lo es el yo, la imaginación también es reflexión y reproduce al yo, y reproduciéndolo, crea lo posible del yo y su intensidad es lo posible de intensidad del yo.
Fragmento de Antes del fin (Ernesto Sábato)
Cuando por la calle veo tantos negocios cerrados, o vecinos del barrio me detienen para decirme que no podrán seguir manteniendo su tallercito, que no les rinden las ganancias para cubrir los impuestos, pienso en la corrupción y la impunidad, en el grosero despilfarro y en la opulencia amoral de unos cuantos individuos, y tengo la sensación de que estamos en el hundimiento de un mundo donde, a la vez que cunde la desesperación, aumenta el egoísmo y el “sálvese quien pueda”. Mientras los más desafortunados sucumben en la profundidad de las aguas, en algún rincón ajeno a la catástrofe, en medio de una fiesta de disfraces siguen bailando los hombres del poder, ensordecidos en sus bufonadas.