Tipos de personalidad

La personalidad se puede entender como los patrones de pensamientos y conductas que subsisten y permanecen inalterables a través del tiempo y de las circunstancias y que distinguen a una persona del resto de un cuerpo social.

Estos son los diferentes tipos de personalidad

De acuerdo a la psicología de la personalidad que se enfoca a la construcción de un cuadro coherente de una persona y sus procesos psicológicos más importantes en solitario y en colectivo, existen diferentes tipos de personalidad que dan origen a los trastornos de la personalidad. Estos rasgos permiten dividir a la personalidad en los siguientes tipos:

Personalidad paranoide

Las personas con personalidad de tipo paranoide proyectan sus conflictos internos y su propia hostilidad hacia los otros por lo que perciben hostilidad hasta en los eventos más triviales e inocentes y eso los obliga a reaccionar con nerviosismo a los cambios, incluso a los más sutiles.

Esta suspicacia tiene como consecuencia conductas agresivas o de incomprensión por parte de los demás por lo que justifica de este modo sus pensamientos originales. Los sujetos con personalidad paranoide comúnmente tratan de culpar a los otros por sus errores lo que los lleva a emprender acciones de ataque contra los demás buscando ignorar su propia participación dentro del conflicto. En el trabajo pueden ser eficientes y dedicados aun cuando les cuesta mucho trabajar en equipo.

Persona con múltiples colores en us rostro

Personalidad esquizoide

Las personas que desarrollan este trastorno de personalidad son introvertidas, solitarias y siempre se muestran ausentes. Frecuentemente se absorben en sus propios pensamientos y sentimientos por lo que desarrollan cierto temor a establecer relaciones con los demás. Su soledad les lleva a desarrollar pocas reacciones emocionales por lo que se muestran indiferentes a la crítica y a los halagos, además, sus temores para acercarse a los demás inhiben su apetito sexual. Las personas con personalidad esquizoide hablan muy poco porque prefieren concentrarse en la especulación teórica que entrar en acción. Su forma más frecuente de enfrentarse a la realidad es a través de la fantasía, lo que puede llevarlos a desarrollar dotes artísticas; en el trabajo pueden ser personas dedicadas y tolerantes a la frustración debido a su desinterés por la crítica además gracias a sus capacidades creativas pueden desarrollarse casi en cualquier área siempre y cuando esto no implique interactuar con los demás.

Personalidad histriónica o histérica

Las personas que desarrollan este tipo de personalidad se conducen de modo teatral para expresar sus emociones y sus pensamientos. Su forma de ser deviene de la búsqueda de aceptación y tiene por objeto establecer relaciones personales fácilmente aunque muy poco profundas con los demás. Por este motivo las personas con personalidad histérica acostumbran tener comportamientos sexualmente provocadores, cargando de erotismo relaciones personales que no deberían de ser sexuales. Comúnmente las personas con personalidad histérica no buscan el contacto sexual, pero sus comportamientos encubren el deseo de protección, dependencia y atención. En casos clínicos extremos las personas histéricas pueden exagerar sus padecimientos o llegar incluso a inducirse algún padecimiento o herida para llamar la atención. Son personas abiertas, que pueden establecer comunicación con cualquiera aun sin conocerlo por lo que en el trabajo resultan excelentes empleados y son buenos colaboradores en equipo.

Personalidad narcisista

Las personas que desarrollan este tipo de personalidad tienen un sentido de superioridad excesivo y sobrevaloran sus cualidades. Una persona que ha desarrollado este tipo de personalidad es excesivamente sensible a los fracasos, a la derrota y a la crítica; incapaces de la autocrítica cada vez que alguien demuestra su superioridad ellos se muestran deprimidos o rabiosos, por lo que pueden llegar a agredir a aquel que les haya provocado la derrota.

Las personas narcisistas no sienten culpa ni empatía con los otros, por lo que justifican la satisfacción de sus propios caprichos a expensas de la explotación de los demás ya que considera que las necesidades de los otros no son importantes. Su comportamiento puede ser ofensivo para otros que los descubren demasiado arrogantes y hasta mezquinos por lo que no resultan tan buenos empleados excepto en las áreas que requieren una actitud agresiva, sin embargo la mayoría de las veces actúan visceralmente por lo que siempre necesitan una personalidad más equilibrada para comandarlos.

Personalidad antisocial

Las personas con personalidad antisocial son en su mayoría hombres que resultan incapaces de sentir sensibilidad por los sentimientos y derechos ajenos. Las personas antisociales demuestran sus frustraciones y sus conflictos internos de manera agresiva e irresponsable. A pesar del daño que pudieren causar por su comportamiento siempre lo justifican culpando a otros. Las personas antisociales frecuentemente tienen tendencia al alcoholismo o a la toxicomanía, lo que los mantiene en una forma de vida muy inestable que degrada toda relación laboral.

Personalidad límite

Las personas con personalidad límite son, en su mayoría, mujeres, son inestables y tienen una valoración muy pobre de su propia imagen lo que les genera una autoestima muy pobre. Provienen siempre de hogares conflictivos y separados lo que les mantuvo una infancia lleva de privaciones y cuidados por lo que al crecer pueden caer en conductas destructivas para lograr llamar la atención de quienes las rodean. Si sus conductas destructivas no consiguen llamar la atención entonces se vuelven desesperadamente impulsivas, pudiendo implicarse en relaciones promiscuas, toxicomanía, alcoholismo o problemas de trastorno alimenticio e incluso en varias de estas conductas  la vez. En casos muy graves pueden llegar a tener episodios de alucinaciones, pensamientos psicóticos y paranoia.

Personalidad obsesivo compulsiva

Las personas con este tipo de personalidad pueden ser formales, confiables, extremadamente ordenadas y metódicas pero sobre reaccionan frente a los cambios, por mínimos que sean. Pueden ser muy cautos y analíticos al enfrentarse a un problema lo que les lleva a tener dificultades al tener que tomar decisiones. Este  tipo de personas prestan demasiado interés a los detalles, tanto que pueden dejar a medias sus obligaciones debido a que prestan más atención al proceso que al fin, lo que les crea ansiedad y pocas veces sienten satisfacción en sus logros.

Son los mejores empleados al satisfacer todos los estándares laborales de occidente, sin embargo demasiada presión los lleva a desvincularse de sus emociones, pueden sentirse incómodos en sus relaciones, mostrarse demasiado celosos o posesivos y sentir temor ante situaciones que no pueden controlar incluso llegan a sentir miedo cuando alguien quiere confiar en ellos porque temen no cumplir con las expectativas.

 

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